El Arte de Asar Pimientos en la Comarca Berciana: Tradición, Sabor y Raíces

Cuando llega septiembre al Bierzo, el aire cambia. No sólo por el final del verano, sino por ese aroma inconfundible a pimientos asados que inunda casas y patios. Es el anuncio de una tradición viva, arraigada en el corazón de nuestra comarca: la temporada de asado de pimientos del Bierzo. 

Un Ritual que Marca el Calendario

El asado de pimientos es mucho más que una tarea culinaria. Es una celebración colectiva que reúne a familias y vecinos en torno al fuego, compartiendo historias mientras los pimientos se doran lentamente sobre las brasas de leña de roble.

Durante estos días, es habitual ver las casas llenas de hornillos, bandejas y cestos repletos de pimientos rojos, carnosos y brillantes, listos para ser transformados en auténticas joyas gastronómicas. 

El Secreto Está en el Fuego (y en la Paciencia) 

El proceso es todo un arte. Los pimientos se asan enteros, dándoles vueltas con mimo hasta que la piel queda bien tostada y se desprende con facilidad. Luego, se dejan reposar cubiertos, para que suden y conserven todo su jugo, antes de pelarlos a mano, uno a uno.

Esta técnica, heredada de generaciones anteriores, permite conservar su textura suave, sabor dulce y aroma ahumado, convirtiéndolos en un producto único que forma parte del alma berciana. 

De la Tradición a la Mesa

Los pimientos asados del Bierzo no sólo se disfrutan recién hechos. También se embotan para conservarlos todo el año y usarlos en infinidad de platos: ensaladas, empanadas, guarniciones o simplemente con un chorro de aceite de oliva y sal.

En La Bercianita, defendemos esta tradición como un tesoro que conecta el pasado con el presente, y que mantiene viva la identidad gastronómica de nuestro territorio.